12 febrero 2017

LAS PREVISIONES Y LAS RECOMENDACIONES DEL FMI PARA 2017 Julio Rodríguez López

 El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó a fines de enero las previsiones para  la economía española en 2017, junto a un conjunto de recomendaciones de política económica. Entre las previsiones destaca  la  desaceleración del crecimiento desde el 3,2% de 2016 hasta el 2,3% en 2017, evolución explicada por el menor aumento de la demanda interna. Los desequilibrios básicos de la economía española no aumentarán en 2017 y  el desempleo medio retrocederá en punto y medio porcentual. Para el FMI el elevado desempleo, la alta  deuda pública  y el débil aumento de la productividad son las principales debilidades estructurales de la economía española.

Como se ha indicado, la desaceleración del crecimiento del PIB  en 2017 la explica la  menor expansión de la demanda interna, en la que el consumo privado es el principal componente, al suponer el 57% del PIB. El mayor  precio de la energía y una ligera elevación de la tasa de ahorro familiar explican  la desaceleración en 0,6 puntos porcentuales de la tasa de crecimiento del consumo de los hogares.

  El aumento medio del empleo  caerá desde el 2,9% al 2,3% en 2017. Se prevé  un descenso de punto y medio de la tasa de desempleo, en parte  por la persistencia en el descenso de la población activa. La productividad del empleo  crecerá solo en un 0,3%, lo que implica que continuará situada en niveles poco brillantes, a todas luces mejorables. 

 La fuerza de la demanda interna no impedirá que la balanza de pagos vuelva a registrar un superávit próximo al 2% del PIB. Será interesante comprobar si cuando vuelva de nuevo a “tirar” con fuerza la construcción residencial se puede mantener el superávit exterior. El déficit de las administraciones públicas de 2017  lo sitúa el FMI en el 3,2%, por encima del compromiso del gobierno español frente a la Comisión Europea. El nivel relativo de la deuda pública  volverá a situarse en el 99,2% del PIB. La inversión pública se mantendrá en niveles reducidos.

Para atacar los problemas crónicos de la economía española, el FMI recomienda varias líneas de actuación. Destaca la necesidad de una política activa de empleo más efectiva, política que se realiza en colaboración con las comunidades autónomas, que adolece de coordinación y debe de atacar al paro de larga duración y al desempleo juvenil.

  Urge reformar la financiación autonómica. Las autonomías, además de prestar servicios públicos básicos como educación y sanidad, mantienen diferencias  crónicas entre sí en cuanto a niveles de desarrollo. Además, se deben de reforzar las políticas educativas y de innovación, para mejorar la productividad general de la economía. El necesario avance en la consolidación fiscal no debe de afectar a la creación de empleo y al necesario aumento de la productividad.

El sistema bancario ha fortalecido su solvencia, pero sigue adoleciendo de una baja rentabilidad. La  mejoría de esta última, en el contexto presente de bajos tipos de interés, exige mantener un fuerte control de los gastos. Además, los bancos deben de eliminar a  mayor ritmo los activos no rentables que  todavía ensombrecen los balances de las entidades de crédito, y también requieren  de ritmos mayores  de aumento del crédito, pues en 2016 la variación ha sido negativa.

Al inicio de 2017 ha destacado  la aceleración del aumento de los afiliados a la seguridad social (3,3% fue la variación interanual de enero) y el incremento de los precios de consumo, que en enero han crecido a un ritmo interanual del 3%, por encima del 1,8% de la Eurozona en el mismo mes. El panorama es moderadamente optimista, siempre que en el contexto internacional no se produzcan elevaciones significativas de los tipos de interés  y que  el señor Trump no desestabilice el contexto económico general.  

Articulo publicado en la revista semanal El Siglo de Europa el 13.2.2017 






[1] JRL es vocal del Consejo Superior  de Estadística y miembro de Economistas Frente a la Crisis.