21 marzo 2017

EL EMPLEO EN MOTRIL EN 2017 Julio Rodríguez López


  La estadística mensual  de afiliados a la Seguridad Social viene  a ser un indicador  que aproxima la composición y la marcha del empleo en España. En las ciudades, dicho indicador presenta un mayor interés por la escasez de información estadística disponible  a  nivel local. En 2016-17  dicha estadística ha reflejado  la mejoría del nivel de empleo en España, Andalucía y Granada y Motril. 
En 2016 la variación  de la afiliación en Motril (2%) resultó inferior a la de España (3,3%), al contrario de lo sucedido en los tres años precedentes.

 En febrero  de 2017 persistió  el diferencial negativo  de crecimiento de Motril con España. A 28.2.2017 había en Motril, según la estadística de afiliación a la Seguridad Social, 18.638 afiliados, un 0,5% sobre el nivel correspondiente al mismo mes del pasado año. Dicha evolución interanual  contrastó con el crecimiento del 3,5%  registrado a nivel nacional. La explicación de dicha evolución se encuentra en la marcha de los afiliados en el Régimen General de la Seguridad Social, que solo aumentaron en Motril en la fecha citada en un 0,4% sobre 2016, mientras que en España dicho componente de la afiliación creció en un  4,3%. 

  En Motril destacó en 2016 el aumento en los afiliados en el régimen general agrario, que aumentaron en un 6,4%, alcanzando un total de 4.271 afiliados, aumento muy superior al de España. No es este un indicador que refleje precisamente pujanza en el mercado de trabajo, puesto que representa más bien una actuación asistencial desde la Seguridad Social.  El número de afiliados al Régimen Especial de Autónomos  alcanzó  un total de 3.918 a fines de febrero de 2017. La proporción de autónomos sobre el total de la afiliación es más de tres puntos superior en Motril (21,1%) a la  de España (18%). La abundancia de autónomos refleja asimismo  escasez de empleos asalariados y que los activos se deben de buscar la vida como sea.

La debilidad del mercado de trabajo en Motril la señala la baja proporción que supone   el número de afiliados sobre del conjunto de la población. En febrero de 2017 había en España  38,1% afiliados sobre el conjunto de la población, mientras que en Motril dicha proporción ascendió  solo al 30,4% en la misma fecha, lejos de la proporción existente a nivel nacional.
Se echa en falta en Motril una mayor presencia de afiliados al Régimen General (53,8% frente a 74,9% en España, en febrero de 2017), situación común en los trabajadores por cuenta ajena. 
Dicha situación refleja la necesidad de que en Motril se instalen más empresas que generen empleos asalariados, preferiblemente estables. Si en un momento de recuperación clara de la economía española en Motril  apenas se generan nuevos empleos, es que hay serias dificultades estructurales para la creación de nuevos puestos de trabajo.

 Es posible que haya más empleos por los que no se cotiza a la Seguridad Social, pero ese problema puede también producirse en el resto de España y no tiene que sufrirse más dicha anomalía en Motril que en el resto del país.  Demasiada ansia de ladrillo, de pelotazo rápido, de “aproximar a Motril al mar”, y escasa iniciativa para atraer a empresas a la ciudad, con toda la ventaja que supone disponer de un puerto de la dimensión del de Motril.


Julrodlop.blogspot.com      21.3.2017

13 marzo 2017

EL DESPEGUE DE LOS ALQUILERES EN ESPAÑA Julio Rodríguez López[

 Los escasos datos disponibles sobre el mercado de alquiler en España revelan que en 2016 y primeros meses de 2017 se han acelerado los aumentos de precios de los alquileres de viviendas. Los incrementos anuales de tales precios se sitúan en torno al 9%. La  mayor demanda de vivienda procede sobre todo de hogares que no  pueden acceder a una vivienda en alquiler y de las compras de vivienda para inversión. La creciente presencia de  los pisos turísticos disminuye la oferta, lo que refuerza la elevación de tales precios. 2017 ha empezado como los cinco  ejercicios precedentes, esto es, sin política estatal  de vivienda y con un escaso interés político en el problema.

Según la Encuesta Continua de Hogares del INE,  en España había en 2015 unos  3,2 millones de hogares viviendo de alquiler, equivalentes al 17,5% del conjunto de hogares de España. La autonomía de Baleares tenía la proporción más elevada, el 26,2%, seguida de Madrid (23,4%), y el último lugar correspondió a Galicia (11,2%). La información adicional sobre el mercado de alquiler es mínima.  Esto contrasta con  el detalle con el que en Cataluña se está obteniendo información  acerca de  su mercado de alquiler, con vistas a luchar contra el crecimiento de los precios del alquiler de vivienda.

Según el portal Fotocasa, en febrero de 2017 el alquiler medio de la vivienda en España ascendió a 7,77 euros por m2 y mes, lo que implicó un aumento interanual del 9%, muy por encima del crecimiento observado en los precios de venta de las viviendas. Los datos de los portales se refieren a  precios de oferta y tienden a sobrevalorar las subidas, pero no deja de ser una realidad  que los alquileres están creciendo en los centros urbanos.

Esta evolución  complica el acceso a la vivienda a numerosos hogares,  cuya situación laboral les hace imposible el acceso a la vivienda en propiedad mediante un préstamo hipotecario. La situación aplaza la emancipación, como lo confirma el  que un tercio de personas con edades de 25 a  34 años vive en España con sus padres, según el INE:

 Según el portal citado, en la recuperación del mercado de vivienda iniciada en 2014 el precio de los alquileres en España ha crecido en un 15,1%. El aumento de los precios de la vivienda fue del 11,3% hasta el último trimestre  de 2016. La situación del mercado de trabajo, con más empleos pero inestables y  mal retribuidos, la mayor disponibilidad hacia el alquiler de los jóvenes, junto a la compra de viviendas para colocación de un ahorro poco o nada retribuido, explican la mayor tensión de la demanda.

  La oferta de pisos de alquiler está sufriendo una fuerte reducción por parte de los pisos turísticos y por  la creciente “gentrificación” de los centros de las ciudades. Dicho proceso se califica más bien  de “turistificación” de los centros urbanos, llenos de franquicias y  de servicios pensados solo para quienes están de paso. La invasión turística se ha analizado bien en Barcelona, donde ayuntamiento y autonomía han reaccionado ante el problema. La reacción política en Madrid es más débil que en el caso anterior, aunque el problema alcanza una intensidad similar.

Una demanda creciente de alquileres, una reducción paralela de la oferta y una ausencia histórica de vivienda social en toda España, explican la aceleración de los precios del alquiler y  la alta dificultad general de emancipación de los jóvenes.  Dicha carestía general del alquiler viene  a ser  todo un  problema social.

Fuera de Cataluña, la reacción al problema está ausente. El Ministerio de Fomento tiene otros temas en que pensar, el problema se le traspasa a las autonomías. Estas  esperan retornen los fondos estatales  del pasado para hacer vivienda protegida. Se trata de dinamizar el fomento de la creación de un parque público de alquiler social. Esto último  no es solo cuestión de construir nuevas viviendas, pues se debe de emplear  con más intensidad el elevado parque de viviendas  vacías en poder de bancos y de Sareb. La ausencia de voluntad política para luchar contra el problema resulta clamorosa.

Una versión de este artículo se publicó en la revista  semanal El Siglo de Europa el 13.3.2017






[1] JRL es Vocal del Consejo Superior de Estadística y miembro de Economistas frente a la Crisis