02 septiembre 2014

ELVERANO DE LAS INCOGNITAS Julio Rodríguez López


Con el paso de Agosto de 2014 ha terminado el punto cumbre del turismo nacional anual. 2014 está siendo un buen año para España en cuanto a la actividad turística se refiere, pero aparecen incógnitas e incertidumbres por todas partes. La recuperación se ha debilitado en el conjunto de la Eurozona, donde las economías de Francia e Italia no levantan cabeza. El contexto político internacional no puede ser más complicado, tanto que a algunos se les ha venido a la memoria lo sucedido hace ahora un siglo en Europa. En el marco nacional, los acontecimientos pueden precipitarse en Cataluña y la idea del gobierno de cambiar el sistema de elección de alcaldes sin consenso ha supuesto una crispación adicional en el ambiente político.

El conjunto de la actividad turística (hostelería, restauración, junto a la incidencia indirecta sobre transporte y comercio) va a aportar un punto de crecimiento a la economía española en 2014. Desde hace bastante tiempo se habla de corregir la fuerte estacionalidad y, aunque algo se ha hecho, el grueso de la actividad turística se sigue concentrando en los meses veraniegos, semana santa y fines de diciembre y año nuevo.

En 2014 han salido a la luz algunas de las servidumbres del turismo de masas. Al conocerse la protesta de los vecinos del barrio de la Barceloneta a los múltiples inconvenientes producidos por los denominados “pisos turísticos”, han sido numerosas las llamadas de atención indicando que algo similar viene sucediendo en bastantes ciudades españolas. Cada vez es más frecuente en España que plazas y rincones de interés turístico aparezcan llenas de instalaciones de mesas y bares que ocupan el espacio público y que, además, atronan el ambiente con música puesta a todos los decibelios posibles.

Ejemplos de lo anterior son las proximidades de la Puerta del Sol en Madrid, en concreto en el trayecto hasta la plaza de Santa Ana, y el centro de Granada, donde desde buena distancia del centro urbano se oyen las músicas de los mas que abundantes bares de copas que ocupan las mejores plazas y calles de esta ciudad. La ciudad de Granada bate “records” de número de bares instalados y de niveles de tasas cobradas por el ayuntamiento a los citados bares. Como sucede con el urbanismo, de nuevo la cuestión de las finanzas locales afecta al interés general.

Los medios de comunicación han contribuido asimismo a lo de que “todo vale” en materia de potenciación turística. Cualquier lector de las páginas económicas de los diarios españoles puede llegar a pensar que no hay más actividad productiva que la turística (es el 11% del PIB) y también de que sería de nosotros sin el turismo. Los municipios han dejado sin recalificar enormes bolsas de suelo calificado como de urbanizable residencial en la etapa de la burbuja, a la espera del retorno de nuevas burbujas. Se espantan otras actividades productivas sostenibles que podrían muy bien contribuir a diversificar el tejido productivo español.

En la Unión Europea destaca España como país en el que el gobierno estatal no tiene competencias en materia de destino del suelo, dependiendo dicho destino de decisiones de ayuntamientos que apenas corrigen los gobiernos autónomos. La construcción de un edificio pegado a la iglesia románica de Fromista (Palencia) no sería posible sin que el ayuntamiento de dicha ciudad hubiese concedido la oportuna licencia de obras. El planteamiento local en materia de licencias de obras es muy común en España y transversal a todas las fuerzas políticas: la magnitud a maximizar no es el interés general, sino los ingresos derivados del planeamiento.

La reaparición del déficit exterior al dinamizarse la demanda interna en España revela que se está repitiendo el modelo insostenible de turismo y ladrillo. Es evidente la correlación entre el aumento de las importaciones y de la demanda interna. Los gobiernos locales no actúan en sintonía con la que debería de ser una política de reforzamiento de la producción interna de mercancías.

El gobierno popular ha diseñando una estrategia de fortalecimiento de la industria en España. No se advierte en dicha estrategia ninguna alusión al desarrollo de un urbanismo proactivo con dicha estrategia. Los gobiernos locales, aparte de impulsar la proliferación de bares de copas en las plazas más interesantes de cada localidad, viven ajenos a tal conveniencia de diversificar el tejido productivo español, y así es difícil avanzar. Las autoridades portuarias, designadas por las autonomías, parecen actuar con frecuencia de espaldas a dicha exigencia.

Persisten las incógnitas sobre si la demanda interna podrá compensar la detracción que al crecimiento supone la reaparición del déficit exterior, circunstancia que reforzará el endeudamiento externo de España. Tampoco ayudará a las exportaciones el freno a la recuperación que se advierte en el resto de la Eurozona, lo que arroja nuevas inquietudes