30 junio 2013

EL RIESGO SISTEMICO DEL DESEMPLEO Y LA MOROSIDAD Julio Rodríguez López


  En el análisis de la morosidad de los bancos españoles los créditos a los hogares para la compra de vivienda han supuesto hasta ahora un alivio dentro del conjunto de la cartera de préstamos. Frente a unas tasas de morosidad espectaculares en los créditos destinados a la promoción y construcción de viviendas, la morosidad de los correspondientes a la compra y rehabilitación de vivienda  se ha mantenido en unos niveles sustancialmente inferiores a la media. Sin embargo, la elevada cifra absoluta de créditos morosos que esconde la baja tasa citada y el importante aumento en los dos últimos años obliga a prestar atención  a la evolución  de dichos préstamos.

  A 31 de diciembre de 2007, según  las estadísticas del Banco de España,  el saldo vivo de los préstamos morosos para la compra y la rehabilitación de viviendas ascendía a 4.495 millones de euros, equivalentes al 0,72% del saldo total de dicho tipo de préstamos, hipotecarios en su gran mayoría. Por la misma fecha, la tasa de morosidad del conjunto de los préstamos bancarios en España era del 0,92%. Cinco años y un trimestre después de dicha fecha, a 31 de marzo de 2013,  la tasa total de morosidad del conjunto de la cartera de créditos al sector privado de la economía se elevaba  al 10,87%, correspondiente a una cifra absoluta de 167.087 millones de euros. En esta misma fecha la tasa de morosidad de los préstamos a comprador de vivienda se había situado en el 4,16%.

  Entre 2007 y 2013 se disparó la morosidad en  los préstamos a promotor inmobiliario y a constructor de viviendas. A pesar de las elevadas ventas de activos problemáticos  (suelo, promociones en curso y promociones de viviendas terminadas) realizadas al “banco malo”, Sareb, a fines de 2012 y primer trimestre de 2013, todavía la tasa de morosidad de los créditos mayoristas citados se situaba a fines de marzo de 2013  en torno al 29%.

  Parece evidente que un volumen  significativo de los créditos a promotor-constructor han sido objeto de abundantes renovaciones. Así, durante bastante tiempo tales créditos aparecieron como “normales” en los balances bancarios y fue tras los “decretos Guindos” de 2012 cuando los balances bancarios se aproximaron de forma abrupta a la realidad de las carteras de crédito de los bancos españoles.

 Al obligar el Memorándum (Mou) firmado  por España con el Eurogrupo en 2012  a vender los activos bancarios problemáticos  a Sareb a precios de mercado, se materializaron  de golpe buena parte de las pérdidas de dichas carteras bancarias. En ese momento apareció de forma más nítida el descenso sufrido por los precios de las viviendas en España tras la crisis. Así, según el índice de precios de viviendas del INE, apoyado en los valores y superficies declarados en las escrituras de compraventa formalizadas ante notario,  el descenso acumulado de tales precios entre el tercer  trimestre de 2007 y el primer trimestre de 2012 superó  el 36 %.

 En 2012 el problema de las ejecuciones hipotecarias de préstamos a comprador de vivienda alcanzó una clara notoriedad. Desde los bancos se subrayó que la tasa de morosidad de este último tipo de préstamos era reducida. Pero en marzo de 2013  el saldo vivo de dichos  créditos morosos  alcanzó los  26.032 millones de euros. Aunque la tasa de morosidad de los préstamos en cuestión está muy por debajo de la media general,  resulta, pues,  preocupante tanto el nivel absoluto alcanzado como el aumento de dicha cifra absoluta, superior al 30% anual.  

   Los préstamos a comprador de vivienda concedidos en los últimos años  encierran otro problema. Dichos préstamos  se están  formalizando  en su mayor parte a interés  variable,  referenciados con el euribor a doce meses.  El diferencial aplicado a dichos préstamos sobre el euribor se ha aproximado al 3%, con lo que en caso de subir los tipos de interés, como puede suceder tras  la actual tormenta de los mercados monetarios, podrían producirse elevaciones sustanciales en los tipos de interés  a pagar por los compradores. Dicha evolución afectaría al alza a  la cifra absoluta  de morosidad citada.

 Pero el principal motor del ascenso  de la morosidad en la importante cartera de créditos bancarios a   comprador es la situación del mercado de trabajo.  La pérdida de empleos ha continuado siendo muy elevada en 2013. La cuestión de las pensiones ha aparecido cuando se ha acentuado la caída de los afiliados a la seguridad social, cuyas cotizaciones financian  en la práctica las pensiones en España.

Como señalan en su libro”La torre de la arrogancia”  (Ariel, 2012) Xose Carlos Arias y Antón Costa, el desempleo masivo tiene naturaleza de riesgo sistémico, resultando un mal no solo para quien lo sufre sino para la economía en su conjunto. La pérdida de empleos está detrás de la  peligrosa evolución de la morosidad en el segmento hasta ahora más protegido de la cartera de créditos  bancarios. Ello afecta no solo a los morosos, sino al conjunto de los bancos y a toda la economía.